jueves, 10 de septiembre de 2009

Antecedentes del currículum


Antes de iniciar cualquier trabajo acerca del currículum, es necesario primero lograr su definición. Existen muchas acepciones dadas al término currículum, ya que podemos encontrar este concepto para unir las actividades que en la escuela se trabajan con los planes de estudio o bien, para definir el plan de estudios que se debe aprender en la escuela. En esta ocasión se destaca la siguiente:

"Currículum es el eslabón entre la cultura y la sociedad exterior a la escuela y la educación, entre el conocimiento o la cultura heredados y el aprendizaje de los alumnos, entre la teoría (ideas, supuestos y aspiraciones) y la práctica posible, dadas unas determinadas condiciones. El currículo es la expresión y la concreción del plan cultural que una institución escolar hace realidad dentro de unas determinadas condiciones que matizan ese proyecto". Gimeno Sacristán (1988, pág. 34).


Hasta el momento el Consejo Mexicano de Investigación Educativa (COMIE) en la década de los 90’s sugiere cinco grandes temas (Esfera Curricular, Desarrollo Del Currículo, Procesos Y Prácticas Curriculares, Currículo Y Formación Profesional Y Evaluación Curricular) para analizar el material que nos conduce a una mejor interpretación de lo investigado en el campo curricular.

En la conceptualización de la esfera curricular se puede destacar que es en este punto donde se analiza cómo se concibió al currículo y conceptos afines, los abordajes teóricos y disciplinares que se emplearon en la teorización curricular, así como una valoración epistemológica de lo producido, buscando dar cuenta de las perspectivas filosóficas, así como de los referentes empleados desde las perspectivas de la didáctica, aprendizaje, educación o sociedad subyacentes referidos al currículo.

En cuanto al desarrollo del currículo es necesario destacar que trata de identificar las principales tendencias y modelos bajo los cuales se orientó el diseño y operación de los proyectos curriculares en la década. Incluye cuestiones vinculadas con la planeación, la selección y organización de contenidos curriculares, propuestas innovadoras o predominantes para la elaboración de planes y programas, tendencias que pretendieron innovar el campo como flexibilización, diseño por competencias, formación metacurricular, entre otras.

Hablando de los procesos y prácticas curriculares se puede mencionar que en este apartado se hace una revisión a la producción que da cuenta de la diversidad de procesos que ocurren dentro del aula, tales como los afectivos, cognitivos, ideológicos, de interacción social, etc. Y la forma en que se relacionan con el currículo, o bien destacan ideas y vivencias de los sujetos o grupos en relación al mismo.

En cuanto al currículo y formación profesional cabe mencionar que en este campo se recogen propuestas y estudios de diverso tipo acerca de cómo fue concebido el diseño del currículo, el estudio de las profesiones así como la formación de profesionales o el seguimiento de los egresados, todo esto desde la perspectiva curricular.

Evaluación Curricular

Uno de los puntos más importantes, es la evaluación curricular, dentro de la cual se puede destacar la importancia de analizar las principales tendencias al respecto; los modelos, propuestas o enfoques de la evaluación aplicada en el terreno de lo curricular.
Los cambios en lo económico, político, social y tecnológico del país, han influido en el campo de la educación. La globalización y diversos acuerdos comerciales desde hace décadas han dado lugar a una necesidad: homogeneizar el proceso educativo y garantizar una formación adecuada a los educandos, lo cual les permita desempeñarse con éxito en el mercado laboral cada vez más competitivo y demandante.
Organizaciones e instituciones como la UNESCO, OCDE y en Banco Mundial han realizado diversas acciones de asesoría y publicación académica en materia educativa, encaminados a lograr la reducción de la inequidad social, el alivio de la pobreza, además de una correcta cohesión social de la democracia.
Para conseguirlo se requiere que las instituciones educativas realicen un esfuerzo continuo, que garantice una educación de calidad que contribuya al logro de los objetivos de la nación y forme a sus futuros ciudadanos.
El campo de la evaluación en la educación se considera más una estrategia para condicionar y controlar que para retroalimentar y transformar los procesos y las practicas. Sin embargo en la década de los noventas la evaluación tomo relevancia significativa como elemento de la eficiencia y eficacia escolar, propiciando el surgimiento de acreditación de planes y programas como estrategia para incrementar la calidad y como mecanismo para que las organizaciones tengan acceso a diferentes fuentes de financiamiento.
En el estudio se analizaron 155 documentos y se presento un análisis de la información respecto al campo de la evaluación curricular en México de los cuales el 60% son productos de investigadores a través de los congresos y revistas académicas, rescatando la importancia que dichos congresos y las revistas tienen dentro del desarrollo de la evaluación curricular y la necesidad de seguirlos impulsando. Los documentos restantes se distribuyeron entre tesis de postgrado 14.8%, documentos para la evaluación y acreditación de planes y programas 14.8%, libros 9%, documentos de circulación interna 3.2%.
El estudio es de tipo tanto cuantitativo como cualitativo, describe los principales aportes en el campo de la evaluación curricular, por lo que se constituye en una metaevaluación. El trabajo se considera como un intento de juzgar la producción sobre evaluación curricular realizada en nuestro país, dado que se identificaron gran variedad de experiencias y aportaciones en este campo, entonces evaluación curricular viene siendo un proceso de reflexión, análisis crítico y síntesis valorativa complejo, que permite conocer, comprender y valorar, la estructura, el diseño y el desarrollo de una propuesta curricular. (Díaz, 2003 p. 209)
Se tomaron en cuenta algunos criterios para la inclusión o exclusión de los trabajos.
Se seleccionaron y establecieron cuatro ejes de análisis para poder incluir todas las características y diversidades de la producción seleccionada. Dichos ejes son:
1) Datos generales.
2) Tipo de producción y campos temáticos.
3) Orientaciones metodológicas.
4) Contrastes, continuidad y ruptura.
Eje 1) Datos generales.- Analiza cuantitativamente los resultados de los trabajos a nivel nacional y permite un amplio panorama de sus características en el campo de la evaluación curricular. Sus indicadores: nivel educativo, año de publicación y disciplina.
Eje 2) campos temáticos.- Tipos de producción según los propósitos de los trabajos analizados, considerando el carácter de la evaluación curricular en cada documento. Se incluyeron propuestas, metodologías, conceptualizaciones y metaevaluaciones.
Eje 3) Orientaciones metodológicas.- revisión de la orientación metodológica de los trabajos revisados. Enfoque y marco teórico de la evaluación curricular, los instrumentos que apoyaron la investigación.
Eje 4) Contrastes, continuidad y ruptura.- Permite la comparación de los documentos, identifico avances y retrocesos con respecto a la evaluación curricular.
Referente a la clasificación de los documentos, 66 de ellos fueron ponencias en congresos, 24 artículos de revista, 23 tesis de postgrado todas a nivel de maestría, 23 evaluaciones de planes y programas, 14 libros y 5 documentos de circulación interna. De los cuales su tipo de producción en un 48% se ubicaron como reportes de intervención, 22% reportes de investigación, en un 16% fueron propuestas practicas, 8 % ensayos y solo un 6% fueron reflexiones críticas.
En los documentos institucionales se encontró que su metodología se enfoco a mejorar la eficiencia y eficacia de los procesos en el contraste entre el deber ser y la realidad institucional.
El análisis sobre las ponencias llevo a la conclusión, de que pese a que existen considerables avances y mas conocimiento de la realidad de las instituciones escolares, se continúan arrastrando muchos de los problemas denunciados desde hace décadas, quizá la crítica más importante sería que aun en estos días prevalecen las formas tradicionales de enseñanza que propician aprendizajes superficiales.
Los artículos de revista reportan propuestas de técnicas y procedimientos diversos para verificar y validar los cambios curriculares, se menciona que para la evaluación curricular, se debe tomar en cuenta las condiciones históricas e institucionales, no sólo revisar los contenidos, objetivos generales de los programas.
Sobre los postgrados, un grupo de docentes de educación media consideró que se propició una construcción colectiva para generar cambios en la tarea educativa.

Las tesis tocaron algunos aspectos apoyándose en diversos enfoques como la congruencia, integración, vigencia y secuencia lógica de los planes y programas. Otras consideraron la interrelación con profesores, alumnos, normatividad, infraestructura, investigación y administración.
Los libros constituyeron propuestas de evaluación curricular, a si como en los documentos internos que tienden a evaluar la eficiencia a través de los logros que los estudiantes obtuvieron y su inserción en el mercado laboral. Destacando Ángel Díaz Barriga y Frida Díaz Barriga Arceo.
Tuvo una presencia importante la revisión de la coherencia interna de planes y programas de estudio, igual que el reporte de experiencias evaluativas que se efectuaron en instituciones educativas del nivel superior.
Con referencia a la conceptualización, se reconoció la existencia de por lo menos siete concepciones de currículo. Las obras de De Alba (1991), Díaz Barriga (1995, 1996-2001) aportaron fundamentos teóricos y epistemológicos en la comprensión de proceso de evaluación curricular.
Por otra parte Ruiz da una definición del currículo en tres dimensiones: como producto, proceso y práctica social o educativa. Como producto lo relaciona a sinónimo de plan de estudios, ya que lo ve como resultado del proceso de planeación, documento que contiene los fines y propósitos de la educación, conformado por la selección y organización de contenidos, las tareas a realizar y la evaluación. Como practica social refiere la necesidad de analizarlo desde un punto de vista crítico, ya que la acción social, política y educativa que se viven en el proceso, reflejan la manera de actuar, las formas de pensamiento e intereses de los actores.
En los artículos de revista, Orozco revisa la situación actual y la problematización conceptual de la evaluación curricular en la década de los noventa. Carrillo afirma que debe verse como parte del quehacer social atendiendo la orientación desde la cual se diseño el currículo, al igual que su contexto educativo y social. Orozco y Castañeda proponen la posibilidad de convertir la evaluación curricular en un espacio propicio donde los docentes tengan oportunidad de investigar su propia práctica.
La metaevaluación sólo se menciono en cuatro documentos, dos ponencias que destacan la importancia de realizarla y dos artículos de revista en las cuales uno aborda lo sucedido en la revisión de las condiciones en que se evaluó la aplicación de un plan de estudios y el otro analiza instrumentos técnicos y metodológicos que deberían considerarse indispensables en toda evaluación de un programa de postgrado, con una revisión crítica de los diversos modelos y orientaciones teóricas, rescatando el papel de la investigación.
Como conclusión de los campos temáticos la mayoría de los documentos coinciden en considerar el proceso de evaluación desde las perspectivas cualitativa y cuantitativa, donde intervienen factores académicos, sociales y culturales. De la misma forma concuerdan que la tarea de evaluación curricular es un proceso complejo, que demanda la intervención de diversos estudios, factores y actores; que precisa el desarrollo de nuevas acciones y proyectos específicos bien fundamentados. Sugieren tomar en cuenta los antecedentes, el presente y el futuro del proceso educativo. Por último se destaca la sustitución y generalización del término evaluación curricular por el de programa.
Por otra parte describe la tendencia de visualizar al currículo como mecanismo de reproducción de patrones sociales y culturales; y el análisis sobre la alusión de los efectos en la educación por los cambios derivados de la globalización. Cuestionando la pertinencia de los actuales programas para responder con eficiencia a los nuevos contextos sociales.
Díaz Barriga menciona la existencia de una polémica entre quienes consideran la evaluación curricular como proceso de investigación y entre quienes sostienen que es una actividad técnica.
Lo que el estado de conocimiento encontró es el elemento característico de la utilización de la evaluación para fines pragmáticos y en un segundo plano como una actividad investigativa, notando la poca presencia del estudio metaevaluativo, lo cual indica la insuficiente conciencia sobre la necesidad de evaluar el propio proceso educativo.
Fue complicado clasificar los documentos en alguna postura teórica, ya que la mayoría no tomaron una posición definida, ni la hicieron explicita, por lo que fue necesario en algunos casos inferirla en su presentación. Un 33% no se hace explícita, el enfoque más empleado fue el sistémico en un 17.5% de los trabajos que emplearon perspectivas multidimensionales. Un 14 % fueron eclécticos por qué hacían referencia a cierta postura y sus aplicaciones e instrumentos se basaban en otra, haciendo una combinación. Se encontró un 11% de trabajos cualitativos que tenían la finalidad de comprender a fondo el acto educativo. Al igual otro 11% tenía el objetivo de buscar la mejora de la calidad y eficiencia de la educación, recurriendo al análisis de la coherencia interna y externa de los programas. Los pocos restantes tuvieron enfoques diversos como el crítico, constructivismo y cognoscitivismo.
Entre los autores más citados: Ángel Díaz Barriga, Stufflebeam, Tyler, Frida Díaz Barriga y en menor medida: Taba, Gimeno Sacristán y Pérez Gómez, Glazman y Alba.
Se destaca la necesidad de que el evaluador mexicano amplié sus referentes teórico-metodológicos a través de una formación especializada en el campo y busque diversificar sus estrategias recurriendo al campo internacional.
A finales de los noventa se identifica mayor preocupación por poner énfasis en lo cualitativo y continua el interés por conocer la opinión de los actores del currículo en los trabajos.
En general, se aprecia con relación al campo de la evaluación curricular, que se ha consolidado como flexible, ya que acepta gran diversidad de aplicaciones, considerando los fundamentos del propio campo y atendiendo las particularidades del objeto de estudio.
Además que responde a diferentes enfoques epistemológicos sin perder su esencia e identidad. Lo que hace suponer que la evaluación curricular se consolida como independiente y a su vez dentro de una dinámica evolutiva.

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